lunes, 21 de febrero de 2011

Historia de un vicio


Cara desencajada y mirada triste a la luz de la lumbre, noche cerrada en aquella ruina que un día fue un hogar, plásticos por ventanas, mobiliario reducido a cenizas para conseguir calor con el que calentar aquel entumido cuerpo, el susurro del viento y el sonido de tripas son su única compañía mientras espera que se caliente en la lumbre un poco de agua, en una vieja lata para poder cocinar su preciado tesoro, una patata arrugada con mas tallos que carne, la llama del  fuego se refleja en sus negros ojos tras los cuales hay una historia. Soltando una triste sonrisa al aire, acompañada de un suspiro, balanceando la cabeza de lado a lado, recuerda cuando tenia un auto y sonaba el despertador a las 7:00 de la mañana para ir al trabajo, recordaba su casa su mujer y sus dos hijos, las barbacoas con los amigos y su perro jugando en el jardín.

 -¡Joder!- soltó al aire, - ¡que mierda!- todo empezó a ir mal cuando empecé a beber, un día se me fue la mano con Matilde y la hice daño sin querer, se marchó a casa de su madre con los niños, nunca me lo perdonó. A los dos meses me echaron del trabajo por ir bebido en repetidas ocasiones y entonces todo empezó a ir verdaderamente mal. Empecé a consumir cocaína hasta el punto de darme igual todo, incluyendo mis hijos, vendí todo, el coche, la casa, la bici, todo, hasta mi ropa del trabajo. Dos años de delirio, amigos de vicio y prostitutas que desaparecieron igual que el dinero, todo echado a perder, una familia, un hogar, cambiados por una patata dos años más tarde...     
                                                                                                                                                                                                     A lo largo de mi vida he tenido la gran suerte de conocer 28 países en distintas partes del mundo América, África, Asia y Europa, en los cuales he vivido experiencias y conocido a personas de todo tipo. Esta es una de las historias que encontré en un albergue de transeúntes en chile haciendo cola para un plato de lentejas y una manzana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario